Formador y coach

Soy un hombre afortunado. Me gusta lo que hago. Disfruto formando futuros trabajadores, capacitando a profesionales y dando clase a adolescentes. Me siento a gusto en un taller, en un aula o en un estrado, explicando lo que sé. Acompañar a los estudiantes, respondiendo a sus inquietudes, ayudándoles en sus dificultades, es a lo que me dedico y lo que me encanta.

Otra tarea que me apasiona, complementaria a esta, pero no por ello menos importante, es el coaching. Conversar individualmente con las personas, escucharlas, empatizar con ellas y retarlas es otra de mis pasiones dominantes. Las personas no somos algoritmos, ni tampoco una simple etiqueta. Somos complejos y eso hace mi trabajo más difícil, pero también más retador y gratificante.